Exigen justicia en muerte de hispano
Nueva York — Los familiares de un hombre que fue asesinado a puñaladas dentro de su propio hogar en Brooklyn exigieron ayer justicia.
“Voy a estar detrás de la policía hasta que esto se aclarezca”, dijo Julia Telles, la abuela de David Castillo, quien fue encontrado muerto con varias puñaladas en el torso y el cuello.
Castillo, quien recientemente cumplió 22 años, fue hallado por el esposo de su abuela, Freddy Sánchez en el sótano de la casa de Telles.
“Quiero saber quien lo hizo, por qué lo hizo y por qué con tanta saña”, acentuó Telles. “El que lo mató vino expresamente a matarlo, se dio con saña y le arrancó la caja del habla, (traquea)”, información que confirmó la policía.
Según el informe de la policía, el miércoles antes de las 9:00 p.m un familiar llamó a la policía para denunciar el hallazgo.
“Fue mi esposo, quien siempre va a saludarlo cuando llega del trabajo. De repente sólo oímos gritos y golpes en las paredes y decía ‘David, David’ ‘mataron a David’, fue horrible, yo no pude bajar a verlo, no me dejaron porque sufro del corazón”, explicó la abuela.
Aunque las autoridades no permitían el paso hacía la escena del crimen, desde la entrada del sótano se podía observar una toalla tirada en el piso y los rastros de sangre en la puerta del baño, aparentemente huellas de la víctima al caer.
Según detalló la desconsolada abuela, quien crió a Castillo desde que su madre lo abandonó, su nieto abrió la entrada al sótano, localizada afuera de la casa, cosa que hacía a diario para que entrara aire.
Sin imaginar lo que había pasado, Telles regresó casi a las tres horas de haber salido a promocionar su Jardín Infantil y siguió normal, hasta que oyó los desesperados gritos de su esposo.
El asesino de Castillo tuvo tiempo de entrar al baño y bañarse. “Si, porque los policías encontraron el jabón llenó de sangre y las paredes; además dicen que tenía pelo en la mano, aunque no se sabe si era de él o del asesino”, expresó Telles.
Castillo, el mayor de los varones, era soltero y trabajaba como guardia de seguridad en un complejo de edificios, de 3:00 p.m a 12 de la noche.
“Tengo que verlo, yo no lo puedo creer”, dijo Martha Medina, tía política de la víctima. “Creo que fue una persona de confianza, que lo conoce muy bien y a la familia, porque entró a la casa, sabía a donde ir, por donde ir y después entró al baño a bañarse”.
Según informes de la policía, Castillo había sido arrestado el 3 de julio de este año bajo el cargo de intento de homicidio, imprudencia temeraria y posesión criminal de un arma
“Voy a estar detrás de la policía hasta que esto se aclarezca”, dijo Julia Telles, la abuela de David Castillo, quien fue encontrado muerto con varias puñaladas en el torso y el cuello.
Castillo, quien recientemente cumplió 22 años, fue hallado por el esposo de su abuela, Freddy Sánchez en el sótano de la casa de Telles.
“Quiero saber quien lo hizo, por qué lo hizo y por qué con tanta saña”, acentuó Telles. “El que lo mató vino expresamente a matarlo, se dio con saña y le arrancó la caja del habla, (traquea)”, información que confirmó la policía.
Según el informe de la policía, el miércoles antes de las 9:00 p.m un familiar llamó a la policía para denunciar el hallazgo.
“Fue mi esposo, quien siempre va a saludarlo cuando llega del trabajo. De repente sólo oímos gritos y golpes en las paredes y decía ‘David, David’ ‘mataron a David’, fue horrible, yo no pude bajar a verlo, no me dejaron porque sufro del corazón”, explicó la abuela.
Aunque las autoridades no permitían el paso hacía la escena del crimen, desde la entrada del sótano se podía observar una toalla tirada en el piso y los rastros de sangre en la puerta del baño, aparentemente huellas de la víctima al caer.
Según detalló la desconsolada abuela, quien crió a Castillo desde que su madre lo abandonó, su nieto abrió la entrada al sótano, localizada afuera de la casa, cosa que hacía a diario para que entrara aire.
Sin imaginar lo que había pasado, Telles regresó casi a las tres horas de haber salido a promocionar su Jardín Infantil y siguió normal, hasta que oyó los desesperados gritos de su esposo.
El asesino de Castillo tuvo tiempo de entrar al baño y bañarse. “Si, porque los policías encontraron el jabón llenó de sangre y las paredes; además dicen que tenía pelo en la mano, aunque no se sabe si era de él o del asesino”, expresó Telles.
Castillo, el mayor de los varones, era soltero y trabajaba como guardia de seguridad en un complejo de edificios, de 3:00 p.m a 12 de la noche.
“Tengo que verlo, yo no lo puedo creer”, dijo Martha Medina, tía política de la víctima. “Creo que fue una persona de confianza, que lo conoce muy bien y a la familia, porque entró a la casa, sabía a donde ir, por donde ir y después entró al baño a bañarse”.
Según informes de la policía, Castillo había sido arrestado el 3 de julio de este año bajo el cargo de intento de homicidio, imprudencia temeraria y posesión criminal de un arma